La Iglesia de Jesucristo, una institución fundada sobre la roca de la fe y la revelación divina, ha sido un faro de esperanza y tutorial espiritual para millones a lo largo de la historia. Su construcción, sin embargo, no es un proceso pasivo, sino un esfuerzo continuo que requiere la participación activa de cada miembro. Este artículo explora el significado de edificar la iglesia de cristo, profundizando en su fundamento histórico, los principios que la sustentan y el papel crucial que juega cada individuo en su crecimiento.
Los cimientos de la Iglesia: Un legado de revelación y sacrificio
La Iglesia de Jesucristo no surgió de la nada. Sus raíces se hunden en la promesa divina hecha a la humanidad desde la creación: la venida de un Salvador, un Mesías que redimiría a la humanidad del pecado y la muerte. Jesús, el Hijo de Dios, cumplió esa promesa hace más de 2000 años, estableciendo su Iglesia como un testimonio de su amor y sacrificio.
Jesús, al vivir una vida perfecta y sin pecado, demostró el camino hacia la salvación. Su ministerio se caracterizó por la enseñanza del Evangelio, la realización de milagros y la elección de 12 apóstoles, a quienes otorgó la autoridad del sacerdocio para enseñar en su nombre y realizar ordenanzas sagradas como el bautismo. Este sacerdocio, la autoridad divina delegada por Dios a sus siervos, es un elemento fundamental en la edificación de la Iglesia.
La muerte y resurrección de Jesús, conocida como la Expiación, es el acto central de la fe cristiana. A través de su sacrificio, Jesús hizo posible el perdón de los pecados y la reconciliación con Dios. Esta expiación, junto con la enseñanza del Evangelio y la autoridad del sacerdocio, forman los cimientos sobre los que se edifica la Iglesia de Cristo.
El papel de la revelación divina
La Iglesia de Jesucristo no es una institución estática, sino una entidad dinámica guiada por la revelación divina. Jesús, después de su resurrección, continuó dirigiendo a sus apóstoles a través de revelaciones, asegurando que su Iglesia siguiera el camino que Él había trazado. Esta tutorial divina, que se encuentra documentada en la Biblia y otras escrituras, es crucial para la edificación de la Iglesia.
La revelación divina es el motor que impulsa el crecimiento y desarrollo de la Iglesia. Es a través de la revelación que Dios tutorial a sus siervos, les da instrucciones, les revela su voluntad y les permite comprender su propósito.
Edificando la Iglesia: Un esfuerzo colectivo
Edificar la Iglesia de Cristo no es una tarea individual, sino un esfuerzo colectivo que involucra a todos sus miembros. Cada persona tiene un papel que desempeñar en este proceso, y su contribución, por pequeña que parezca, es esencial para el crecimiento y la fortaleza de la Iglesia.
Principales formas de edificar la Iglesia:
- Vivir el Evangelio: La base de la edificación de la Iglesia es la obediencia a los principios del Evangelio. Esto implica seguir las enseñanzas de Jesús, arrepentirse de los pecados, recibir el bautismo, recibir el Espíritu Santo y vivir una vida de servicio y amor.
- Servir a los demás: La Iglesia de Cristo se basa en el servicio. Al servir a los demás, mostramos nuestro amor por Dios y por nuestros hermanos y hermanas. Este servicio puede tomar muchas formas, desde ayudar a los necesitados hasta compartir el Evangelio con otros.
- Fortalecer los lazos de comunidad: La Iglesia es una comunidad de fe, un lugar donde las personas se reúnen para apoyarse mutuamente, aprender y crecer juntos. Fortalecer estos lazos de comunidad es crucial para edificar la Iglesia.
- Participar en la obra misional: Compartir el Evangelio con otros es una de las formas más importantes de edificar la Iglesia. Al invitar a otros a unirse a la Iglesia, estamos expandiendo el Reino de Dios en la tierra.
- Contribuir a la obra del Señor: La edificación de la Iglesia requiere recursos, tanto financieros como humanos. Participar en la obra del Señor, ya sea a través de donaciones o de servicio voluntario, es una forma de apoyar el crecimiento de la Iglesia.
El poder transformador de la Iglesia
La Iglesia de Jesucristo es un lugar de transformación personal y social. Al participar en la edificación de la Iglesia, experimentamos un cambio profundo en nuestras vidas. La Iglesia nos ayuda a crecer espiritualmente, a desarrollar nuestras virtudes, a fortalecer nuestros lazos con Dios y con nuestros semejantes, y a encontrar un propósito en la vida.
La Iglesia no solo transforma a sus miembros individualmente, sino que también tiene un impacto positivo en la sociedad. A través de su obra humanitaria, su compromiso con la educación y su promoción de la paz y la justicia, la Iglesia contribuye a construir un entorno mejor para todos.
Sobre la edificación de la Iglesia de Cristo:
¿Cómo puedo saber si estoy edificando la Iglesia de Cristo?
La mejor manera de saber si estás edificando la Iglesia de Cristo es preguntándote: ¿Estoy viviendo el Evangelio? ¿Estoy sirviendo a los demás? ¿Estoy fortaleciendo los lazos de comunidad? ¿Estoy participando en la obra misional? Si la respuesta a estas preguntas es sí, entonces estás haciendo tu parte para edificar la Iglesia.
¿Qué puedo hacer si no siento que estoy haciendo una diferencia?
Recuerda que cada pequeña acción cuenta. No te desanimes si no ves resultados inmediatos. Sigue trabajando para edificar la Iglesia, y confía en que Dios bendecirá tus esfuerzos.
¿Cómo puedo involucrarme más en la obra de la Iglesia?
Habla con tu obispo o líder local. Ellos te pueden ayudar a encontrar oportunidades de servicio y a participar en la obra de la Iglesia.
¿Qué es la piedra angular de la Iglesia?
La piedra angular de la Iglesia de Jesucristo es Jesucristo mismo. Él es la base sobre la que se edifica toda la Iglesia, y su sacrificio es el fundamento de nuestra fe.
Un llamado a la acción
Edificar la Iglesia de Cristo es un viaje de fe, servicio y amor. Es una responsabilidad que nos corresponde a todos, y una oportunidad para crecer espiritualmente y contribuir a la construcción de un entorno mejor. Al vivir el Evangelio, servir a los demás, fortalecer los lazos de comunidad y participar en la obra misional, podemos hacer nuestra parte para edificar la Iglesia de Jesucristo y acercarnos más a nuestro Salvador.
Recuerda que la edificación de la Iglesia es un proceso continuo, un viaje que no tiene fin. No te desanimes si no ves resultados inmediatos. Confía en que Dios bendecirá tus esfuerzos y que, juntos, podemos hacer una diferencia en el entorno.
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