Ayuno y abstinencia: tutorial del catecismo católico

La Iglesia Católica, a través del Catecismo, establece la práctica del ayuno y la abstinencia como un llamado a la penitencia y la conversión. Estas prácticas, profundamente arraigadas en la tradición cristiana, nos ayudan a profundizar nuestra relación con Dios y a solidarizarnos con los más necesitados.

Índice

¿Qué son el Ayuno y la Abstinencia?

El ayuno y la abstinencia son prácticas espirituales que implican la renuncia a algo material para fortalecer la dimensión espiritual. Son expresiones de la voluntad de seguir a Cristo y de compartir su cruz.

El Ayuno

El ayuno consiste en la reducción de la cantidad de comida ingerida. En la Iglesia Católica, el ayuno se entiende como una forma de mortificación y de reorientación del corazón hacia Dios.

Tradicionalmente, el ayuno implica una sola comida completa al día, junto con dos comidas más pequeñas que, en conjunto, no equivalgan a una comida completa. Esta práctica se realiza con el objetivo de desprenderse de las necesidades materiales y fortalecer la unión con Dios.

La Abstinencia

La abstinencia es la renuncia a un tipo específico de alimento, generalmente la carne. Se considera un acto de sacrificio y una expresión de solidaridad con los pobres y los necesitados.

La abstinencia de carne, además de ser un acto penitencial, tiene un significado simbólico. La carne, en la tradición cristiana, representa la fuerza bruta y el deseo carnal. Abstenerse de ella es un recordatorio de la necesidad de dominar los apetitos materiales y orientar la vida hacia lo espiritual.

¿Cuándo son Obligatorios el Ayuno y la Abstinencia?

El Catecismo de la Iglesia Católica establece la obligación de ayunar y abstenerse en ciertos días del año. La finalidad de estas prácticas es preparar el corazón para la Pascua, la celebración central de la fe cristiana.

  • Miércoles de Ceniza : Es el primer día de la Cuaresma y marca el inicio del tiempo de preparación para la Pascua. En este día, se observa tanto el ayuno como la abstinencia.
  • Viernes Santo : Es el día en que se conmemora la muerte de Jesús en la cruz. Se observa tanto el ayuno como la abstinencia.
  • Viernes de Cuaresma : Durante la Cuaresma, todos los viernes se observa la abstinencia de carne.

Las normas sobre el ayuno y la abstinencia se aplican a los miembros de la Iglesia Católica de rito latino a partir de los 14 años para la abstinencia y de los 18 hasta los 59 años para el ayuno. La Iglesia Católica de rito oriental tiene sus propias normas específicas.

El Ayuno y la Abstinencia en el Evangelio

Jesús, en su vida pública, nos ofrece ejemplos de cómo vivir el ayuno y la abstinencia. En el Evangelio de Mateo, Jesús nos enseña que el ayuno debe ser una práctica discreta, sin ostentación ni hipocresía. El ayuno debe ser una expresión genuina de penitencia y de búsqueda de Dios, no una forma de llamar la atención.

Jesús también nos recuerda que la misericordia es más importante que los sacrificios. En el Evangelio, Jesús critica a los fariseos que se obsesionaban con el cumplimiento de las normas religiosas, olvidando la compasión y la misericordia hacia los demás.

El ayuno y la abstinencia, según el Evangelio, deben ser una práctica de conversión y de acercamiento a Dios, no una forma de autojustificación o de obtener méritos.

El Significado del Ayuno y la Abstinencia

El ayuno y la abstinencia son prácticas que nos ayudan a fortalecer nuestra relación con Dios. Nos permiten experimentar la fragilidad humana y la necesidad de la gracia divina. Nos ayudan a desprendernos de los apegos materiales y a concentrar nuestra atención en lo esencial : la búsqueda del Reino de Dios.

Estas prácticas también nos ayudan a vivir en mayor solidaridad con los pobres y los necesitados. Al privarnos de algo material, nos sensibilizamos ante el sufrimiento de los demás y nos comprometemos a trabajar por un entorno más justo y equitativo.

El Ayuno y la Abstinencia en el Código de Derecho Canónico

El Código de Derecho Canónico, en sus cánones 1249-1253, establece las normas sobre el ayuno y la abstinencia. El Código reconoce la obligación de todos los fieles de hacer penitencia, y establece la práctica del ayuno y la abstinencia como una forma de vivir la penitencia de manera común.

El Código también establece la posibilidad de que las Conferencias Episcopales adapten las normas sobre el ayuno y la abstinencia a las necesidades particulares de sus diócesis, siempre y cuando se mantenga el espíritu de penitencia y conversión.

Consultas Habituales

¿Por qué la Iglesia Católica pide ayunar y abstenerse?

La Iglesia Católica pide ayunar y abstenerse como una forma de penitencia y conversión. Estas prácticas nos ayudan a recordar nuestra fragilidad humana, a buscar la voluntad de Dios y a solidarizarnos con los más necesitados.

¿Qué se puede comer cuando se ayuna?

Cuando se ayuna, se permite comer una comida completa al día y dos comidas más pequeñas que, en conjunto, no equivalgan a una comida completa. Es decir, no se puede comer a discreción durante todo el día.

¿Qué significa abstenerse de carne?

Abstenerse de carne significa no consumir carne de animales mamíferos o aves. Se pueden consumir pescados, mariscos y huevos.

¿Qué pasa si no ayuno o no me abstengo?

Si no se cumplen las normas sobre el ayuno y la abstinencia, se incurre en un pecado venial. Sin embargo, es importante recordar que estas prácticas son un llamado a la conversión y al crecimiento espiritual, no una forma de obtener méritos ante Dios.

¿Qué puedo hacer si no puedo ayunar o abstenerme por motivos de salud?

Si por motivos de salud o por otras razones no se puede cumplir con las normas sobre el ayuno y la abstinencia, se puede realizar otra forma de penitencia, como la oración, la caridad o la ayuda a los necesitados. Es importante hablar con el sacerdote o con el director espiritual para encontrar una forma de vivir la penitencia de manera adecuada.

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El ayuno y la abstinencia son prácticas espirituales que nos ayudan a fortalecer nuestra relación con Dios, a solidarizarnos con los necesitados y a crecer en la santidad. Son un llamado a la conversión y a la búsqueda del Reino de Dios.

Es importante recordar que estas prácticas no son un fin en sí mismas, sino un medio para alcanzar una vida más plena y significativa en Cristo. Debemos vivir el ayuno y la abstinencia con un espíritu de humildad, generosidad y amor al prójimo.

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