Credo niceno-constantinopolitano: la fe cristiana en 45 palabras

El Credo Niceno-Constantinopolitano, también conocido como Símbolo Niceno, es una declaración formal de los principios básicos de la fe cristiana. Es un documento fundamental para la Iglesia Católica, las Iglesias Ortodoxas, la Iglesia Anglicana y la mayoría de las Iglesias Protestantes. Su origen se remonta al siglo IV, siendo producto de los concilios de Nicea I (325) y Constantinopla I (381).

Índice

Un Credo para unificar la fe

En el siglo IV, el cristianismo se enfrentaba a diversas interpretaciones sobre la naturaleza de Jesucristo. El arrianismo, una doctrina que negaba la divinidad de Jesús, estaba ganando terreno. Para combatir estas herejías y establecer una doctrina unificada, el Concilio de Nicea I se reunió en el año 32En este concilio, se redactó un primer credo que afirmaba la divinidad de Jesucristo como dios de dios, luz de luz, dios verdadero de dios verdadero.

Sin embargo, las controversias sobre la naturaleza del Espíritu Santo persistieron. El Concilio de Constantinopla I, en el año 381, amplió el credo de Nicea, añadiendo una sección que establecía la divinidad del Espíritu Santo como señor y dador de vida, que procede del padre. Esta versión ampliada, conocida como Credo Niceno-Constantinopolitano, se convirtió en la declaración de fe más importante del cristianismo.

Los contenidos del Credo Niceno-Constantinopolitano

El Credo Niceno-Constantinopolitano se divide en tres partes principales, que se centran en la Trinidad, la persona de Jesucristo y la Iglesia:

La Trinidad

  • Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
  • Y en un solo Señor, Jesucristo, el Unigénito de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no creado, consustancial con el Padre, por quien todo fue hecho.
  • Que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo y se encarnó por obra del Espíritu Santo y de María la Virgen y se hizo hombre.
  • Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, que habló por los profetas.

Esta primera parte del credo define la doctrina de la Trinidad, la creencia en un solo Dios que existe en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cada persona divina es Dios, pero hay un solo Dios. El credo afirma la divinidad de Jesucristo, que es dios verdadero de dios verdadero, y la divinidad del Espíritu Santo, que procede del padre.

La Persona de Jesucristo

  • Por nuestra causa fue crucificado en tiempo de Poncio Pilato y padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día según las Escrituras y subió al cielo; y está sentado a la derecha del Padre.
  • Y de nuevo vendrá con gloria, para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Esta segunda parte del credo se centra en la persona de Jesucristo. Describe su encarnación, su pasión, muerte y resurrección, así como su ascensión al cielo y su segunda venida para juzgar a los vivos y a los muertos. Afirma que Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres y que su reino no tendrá fin.

La Iglesia

  • Creemos en la Iglesia una, santa, católica y apostólica.
  • Confesamos un solo bautismo para la remisión de los pecados.
  • Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del entorno futuro. Amén.

La última parte del credo se refiere a la Iglesia, la comunidad de los creyentes en Jesucristo. Afirma que la Iglesia es una, santa, católica y apostólica, es decir, que es una sola comunidad de fe, que es santa por su origen divino, que es universal y que está fundada sobre los apóstoles. También afirma la importancia del bautismo para la remisión de los pecados y la esperanza en la resurrección de los muertos y la vida eterna.

El Credo Niceno-Constantinopolitano: Más que un simple texto

El Credo Niceno-Constantinopolitano es mucho más que un simple texto. Es una declaración de fe que ha dado forma al cristianismo durante siglos. Ha sido un punto de referencia para la ortodoxia cristiana, y su aceptación o rechazo ha sido un factor clave en la formación de las diversas ramas del cristianismo.

La importancia del credo radica en su capacidad de sintetizar los principios esenciales de la fe cristiana. Su lenguaje preciso y su estructura lógica lo han convertido en un instrumento de unidad y un punto de referencia para la reflexión teológica.

El Credo Niceno-Constantinopolitano en la actualidad

En la actualidad, el Credo Niceno-Constantinopolitano sigue siendo un texto fundamental para la mayoría de las Iglesias cristianas. Se recita en la liturgia de la misa católica y de la liturgia ortodoxa, y es un punto de referencia para la enseñanza y la predicación en muchas iglesias protestantes.

Sin embargo, algunas denominaciones cristianas, como los mormones, los testigos de Jehová, los arrianos y los unitaristas, no aceptan en su totalidad el credo. Estas denominaciones tienen diferentes interpretaciones sobre la naturaleza de Dios, la persona de Jesucristo y la naturaleza de la Iglesia.

Sobre el Credo Niceno-Constantinopolitano

¿Por qué es importante el Credo Niceno-Constantinopolitano?

El Credo Niceno-Constantinopolitano es importante porque es una declaración formal de los principios básicos de la fe cristiana. Es un documento fundamental para la Iglesia Católica, las Iglesias Ortodoxas, la Iglesia Anglicana y la mayoría de las Iglesias Protestantes. Su origen se remonta al siglo IV, siendo producto de los concilios de Nicea I (325) y Constantinopla I (381).

¿Qué es el arrianismo y por qué fue condenado por el Concilio de Nicea?

El arrianismo era una doctrina que negaba la divinidad de Jesucristo. El arrianismo, liderado por el sacerdote Arrio, afirmaba que Jesucristo no era Dios, sino una criatura creada por Dios Padre. El Concilio de Nicea condenó el arrianismo porque era incompatible con la doctrina cristiana de la Trinidad, que afirma que Jesucristo es dios de dios, luz de luz, dios verdadero de dios verdadero.

¿Qué es el Filioque y por qué causa controversia?

El Filioque es una adición al Credo Niceno-Constantinopolitano que fue introducida en la versión latina del credo. Esta adición afirma que el Espíritu Santo procede del padre y del hijo. Esta adición no aparece en el texto griego original del credo y ha sido objeto de controversia entre la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas. Las Iglesias Ortodoxas argumentan que la adición del Filioque altera el significado original del credo y que el Espíritu Santo solo procede del Padre. La Iglesia Católica, por su parte, sostiene que la adición del Filioque no altera el significado del credo y que el Espíritu Santo procede tanto del Padre como del Hijo.

¿Cuáles son las principales diferencias entre el Credo Niceno y el Credo Niceno-Constantinopolitano?

La principal diferencia entre el Credo Niceno y el Credo Niceno-Constantinopolitano es que el Credo Niceno-Constantinopolitano incluye una sección que define la divinidad del Espíritu Santo. El Credo Niceno, redactado en el Concilio de Nicea I (325), se centraba en la divinidad de Jesucristo y la Trinidad. El Credo Niceno-Constantinopolitano, redactado en el Concilio de Constantinopla I (381), amplió el credo de Nicea, añadiendo una sección que establecía la divinidad del Espíritu Santo como señor y dador de vida, que procede del padre.

El Credo Niceno-Constantinopolitano es un documento fundamental para la fe cristiana. Su importancia radica en su capacidad de sintetizar los principios esenciales de la fe cristiana. Su lenguaje preciso y su estructura lógica lo han convertido en un instrumento de unidad y un punto de referencia para la reflexión teológica. Aunque algunas denominaciones cristianas no aceptan en su totalidad el credo, sigue siendo un texto fundamental para la mayoría de las Iglesias cristianas.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a Credo niceno-constantinopolitano: la fe cristiana en 45 palabras puedes visitar la categoría Teología cristiana.

Subir