El diezmo, la práctica de dedicar una décima parte de los ingresos a propósitos religiosos, ha sido un tema de debate y discusión durante siglos. Muchos cristianos se preguntan si el diezmo es un mandamiento bíblico que debe ser seguido hoy en día, o si es una práctica anticuada que ya no es relevante. Para abordar esta pregunta, es fundamental entender la frecuencia con la que la palabra diezmo aparece en la Biblia, y cómo se relaciona con las enseñanzas de Jesús.
La palabra diezmo en la Biblia
En realidad, la palabra diezmo no aparece con tanta frecuencia como se podría pensar en la Biblia. En la versión Reina-Valera 1960, la palabra diezmo aparece solo 19 veces, y todas ellas se encuentran en el Antiguo Testamento. De hecho, la mayoría de las referencias al diezmo se encuentran en el Pentateuco, los primeros cinco libros de la Biblia, donde se establecen las leyes y los preceptos para el pueblo de Israel.
Diezmo en el Antiguo Testamento
El diezmo en el Antiguo Testamento tenía un propósito específico: sostener al sacerdocio, a los levitas y a los pobres. La ley del diezmo se estableció en el libro de Génesis, cuando Abraham, considerado el padre de la fe judía, dio el diezmo a Melquisedec (Génesis 14:20). En el libro de Levítico, se detallan las leyes del diezmo, incluyendo el diezmo de los productos de la tierra, el diezmo del ganado y el diezmo del dinero (Levítico 27:30-33).
El diezmo también se menciona en los libros de Deuteronomio, Números, y Malaquías, con énfasis en la importancia de la obediencia a Dios a través de la ofrenda del diezmo. La Biblia menciona que Dios bendice a aquellos que son fieles en el diezmo (Malaquías 3:10).
¿Qué dice Jesús sobre el diezmo?
Aunque la palabra diezmo no aparece en el Nuevo Testamento, Jesús sí se refiere al tema del diezmo en varias ocasiones. Es importante analizar estas referencias para comprender su perspectiva sobre el diezmo en el contexto del cristianismo.
Jesús y el diezmo: Un enfoque en el corazón
En Mateo 23:23, Jesús critica a los fariseos por su obsesión con el diezmo de hierbas aromáticas y de otras cosas, pero por descuidar la justicia, la misericordia y la fe. Él les dice: ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.
Esta enseñanza de Jesús revela que el diezmo no es un fin en sí mismo, sino un medio para expresar la fe y la obediencia a Dios. El énfasis está en la actitud del corazón, no solo en el acto físico de dar. Jesús busca un corazón que se incline hacia Dios en amor y obediencia, no solo un cumplimiento legal de las normas.
El amor como fundamento
En Lucas 11:42, Jesús critica a los fariseos por dar el diezmo de sus posesiones, pero por descuidar la justicia y el amor a Dios. Él dice: ¡ay de vosotros, fariseos! porque diezmáis la menta y el eneldo y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de dios. esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.
Esta enseñanza refuerza el mensaje de Jesús sobre la importancia del corazón y la motivación detrás del diezmo. El diezmo debe ser un acto de amor a Dios y a nuestro prójimo, no una obligación legal o una forma de obtener la aprobación divina.
El diezmo en el Nuevo Testamento: Un enfoque transformador
El Nuevo Testamento introduce un nuevo concepto: la gracia de Dios. Con la venida de Cristo, la ley ceremonial del Antiguo Testamento se cumple, y la ley moral se expresa a través del amor a Dios y al prójimo. En este contexto, el diezmo toma un significado diferente.
El Nuevo Testamento enfatiza la importancia de dar con generosidad y alegría, y no por obligación. 2 Corintios 9:7 dice: cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por obligación, porque dios ama al dador alegre.
El apóstol Pablo, en 1 Corintios 16:2, explica que la iglesia primitiva practicaba la ofrenda voluntaria para apoyar a los necesitados. Este enfoque se basa en el principio de compartir con los demás, no en el cumplimiento de una ley legal.
El diezmo en el cristianismo actual
Hoy en día, el diezmo sigue siendo una práctica común en muchas iglesias cristianas. Sin embargo, la interpretación del diezmo y su aplicación varían ampliamente. Algunos cristianos creen que el diezmo es un mandamiento bíblico que debe ser seguido fielmente, mientras que otros lo consideran una práctica opcional que se basa en la libertad individual y la generosidad.
Es importante recordar que la Biblia no ofrece una fórmula exacta para el diezmo. La decisión de diezmar o no, y cómo hacerlo, debe ser tomada de manera personal y consciente. La motivación debe ser el amor a Dios y el deseo de servir a su obra, no la obligación legal o la búsqueda de la recompensa divina.
Consultas habituales sobre el diezmo
¿Es obligatorio el diezmo para los cristianos?
La Biblia no establece un mandamiento explícito para el diezmo en el Nuevo Testamento. La decisión de diezmar o no es una decisión personal que debe ser tomada en base a la convicción individual y la tutorial del Espíritu Santo.
¿Cuánto debo diezmar?
No hay una cantidad fija establecida en la Biblia. El diezmo tradicional es la décima parte de los ingresos, pero las personas pueden dar más o menos según sus posibilidades y su convicción.
¿A quién debo dar el diezmo?
El diezmo se puede dar a la iglesia local, a organizaciones benéficas cristianas o a cualquier otra causa que esté alineada con los valores cristianos. La decisión de a quién dar el diezmo debe ser tomada de manera personal y con discernimiento.
¿Qué sucede si no diezmo?
La Biblia no establece consecuencias específicas por no diezmar. Sin embargo, es importante recordar que Dios valora la obediencia y la generosidad. La decisión de diezmar o no debe estar basada en el miedo al castigo, sino en el amor a Dios y el deseo de servirle.
El diezmo como un acto de amor y generosidad
Aunque la palabra diezmo no aparece con frecuencia en la Biblia, el tema del dar y compartir es fundamental en la fe cristiana. Jesús enfatizó la importancia de la actitud del corazón y la motivación detrás del dar, más que la cantidad o el cumplimiento legal. El diezmo debe ser un acto de amor y generosidad, no una obligación legal o una forma de obtener la aprobación divina. La decisión de diezmar o no, y cómo hacerlo, debe ser tomada de manera personal y consciente, guiada por el amor a Dios y el deseo de servir a su obra.
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