Diezmo y ofrenda: la palabra de dios sobre dar

En el corazón de la fe cristiana, la práctica del diezmo y la ofrenda ocupa un lugar significativo, siendo un reflejo de la gratitud y la confianza en Dios. La Biblia, como fuente de sabiduría y los creyentes, ofrece un panorama amplio sobre estos conceptos, revelando su significado, propósito y beneficios. Este artículo profundiza en el significado bíblico del diezmo y la ofrenda, investigando sus raíces, su relación con la fe y su impacto en la vida del creyente.

Índice

El Diezmo: Una Expresión de Gratitud y Fidelidad

El diezmo, que consiste en la entrega del 10% de los ingresos al Señor, tiene sus raíces en el Antiguo Testamento. En el libro de Génesis, encontramos a Abraham, padre de la fe, entregando el diezmo a Melquisedec, quien es considerado un tipo de Cristo (Génesis 14:18-20). Este acto prefigura la entrega de nuestras vidas y recursos a Dios como una expresión de gratitud por sus bendiciones.

En la Ley de Moisés, el diezmo se convierte en una obligación para el pueblo de Israel, con un propósito claro: sostener el templo, mantener a los levitas (sacerdotes), y proveer para los pobres y necesitados (Deuteronomio 14:22-29). El diezmo se convierte en un acto de adoración y fidelidad, un reconocimiento de la soberanía de Dios sobre todas las cosas.

El Diezmo en el Nuevo Testamento

Aunque el Nuevo Testamento no exige el pago del diezmo como una obligación legal, sí encontramos ejemplos de la práctica del diezmo como una expresión de fe y generosidad. Pablo, en su carta a los Corintios, menciona la práctica del diezmo como una forma de apoyar al ministerio y a los necesitados (1 Corintios 9:13-14). La enseñanza de Jesús sobre la ofrenda, como se expone en Mateo 6:21, nos invita a buscar primero el reino de Dios y su justicia, y a confiar en que él proveerá para nuestras necesidades.

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La Ofrenda: Un Acto de Amor y Sacrificio

La ofrenda, en contraste con el diezmo, es un acto voluntario de dar, impulsado por el amor y la gratitud hacia Dios. Es una expresión de nuestra fe y de nuestra disposición a compartir lo que tenemos con el Señor y con otros. Las ofrendas pueden ser de diferentes tipos: dinero, tiempo, talentos, recursos, y hasta nuestros propios deseos y ambiciones.

La Biblia nos presenta diversos ejemplos de ofrendas, como la ofrenda de Abel, que fue aceptada por Dios debido a su fe y a su corazón dispuesto (Génesis 4:4). También encontramos la ofrenda de la viuda pobre, que ofreció dos monedas, el poco que tenía, pero que fue considerada por Jesús como una ofrenda valiosa (Marcos 12:41-44). Estas historias nos enseñan que el valor de la ofrenda no reside en la cantidad, sino en la actitud y en la motivación que la impulsa.

El Propósito de las Ofrendas

Las ofrendas tienen un propósito fundamental en el desarrollo del reino de Dios. A través de las ofrendas, podemos:

  • Sostener el ministerio: Las ofrendas permiten que las iglesias, los pastores y los misioneros puedan dedicarse a la obra de Dios sin preocuparse por sus necesidades básicas.
  • Ayudar a los necesitados: Las ofrendas son un canal para llevar ayuda a los pobres, los enfermos, los huérfanos y los necesitados, reflejando el amor y la compasión de Dios.
  • Expandir el evangelio: Las ofrendas permiten que el mensaje de salvación llegue a más personas, a través de la evangelización, la plantación de nuevas iglesias y la formación de líderes.

La Biblia y la Disciplina Financiera

La Biblia nos ofrece principios para una disciplina financiera que nos permite vivir en libertad y abundancia. Estos principios incluyen:

  • Honrar a Dios con nuestros bienes: Reconocer que todo lo que tenemos es un regalo de Dios y que debemos usarlo para su gloria.
  • Vivir con sabiduría y responsabilidad: Planificar nuestro presupuesto, administrar nuestros recursos con prudencia y evitar el endeudamiento innecesario.
  • Ser generosos y compartir con los demás: Ayudar a los necesitados, apoyar a los ministerios y a las causas nobles, y ser un canal de bendición para otros.
  • Buscar la sabiduría de Dios: Pedir a Dios que nos guíe en nuestras decisiones financieras y que nos ayude a usar nuestros recursos para su gloria.

Consultas Habituales

¿Es obligatorio dar el diezmo?

En el Nuevo Testamento, el diezmo no es presentado como una obligación legal, sino como una expresión de fe y gratitud. La decisión de dar el diezmo es personal y debe estar motivada por el amor a Dios y el deseo de apoyar su obra.

¿Qué pasa si no puedo dar el diezmo?

Si por alguna razón no puedes dar el diezmo, no te preocupes. Dios no se enfoca en la cantidad, sino en la actitud y en el corazón. Lo importante es dar lo que puedas, con alegría y disposición.

¿Puedo dar menos del diezmo?

Sí, puedes dar menos del diezmo. Lo importante es dar con un corazón dispuesto y con la intención de honrar a Dios.

¿Cómo puedo saber cuánto debo dar?

No hay una fórmula exacta para determinar cuánto debes dar. Lo mejor es orar y buscar la tutorial de Dios. Considera tu situación financiera, tus necesidades y las necesidades de tu familia, y decide cuánto puedes dar con alegría y sin sentirte presionado.

¿Qué pasa si doy el diezmo pero no veo resultados?

La promesa de Dios no es que siempre recibiremos beneficios materiales al dar el diezmo, sino que él nos bendecirá de acuerdo a su voluntad y propósito. El diezmo es una expresión de fe, y la fe no siempre se basa en lo que vemos, sino en lo que creemos.

La práctica del diezmo y la ofrenda es un acto de fe y generosidad que nos acerca a Dios y nos permite ser parte de su obra en el entorno. Al dar con un corazón dispuesto, reconocemos la soberanía de Dios y nos abrimos a recibir sus bendiciones. El diezmo y la ofrenda nos ayudan a desarrollar una disciplina financiera que nos permite vivir en libertad y abundancia, y a ser un canal de bendición para otros.

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