La frase ¡cristo no es religión! es una afirmación que se escucha con frecuencia en ciertos círculos religiosos, especialmente entre aquellos que se consideran separados de las tradiciones católicas. Esta afirmación suele ir acompañada de una actitud de superioridad espiritual, como si quienes la pronuncian hubieran alcanzado un nivel de comprensión superior al de los pobres católicos que no se han dado cuenta de esta gran verdad. Sin embargo, ¿Es realmente una verdad?
Este artículo profundiza en la idea de que cristo no es religión, investigando sus raíces, consecuencias y la perspectiva bíblica sobre la religiosidad.
Una ideología en expansión
La negación de la religión como algo esencial para la fe cristiana se ha convertido en una ideología cada vez más popular en algunas comunidades cristianas no católicas. Es común escuchar frases como: cristo no es religión, yo no pertenezco a ninguna religión, lo mío es una relación personal y verdadera con jesucristo.
Esta perspectiva surge de una interpretación particular del cristianismo que enfatiza la experiencia individual y la relación personal con Dios por encima de las estructuras institucionales y las prácticas tradicionales.
Ejemplos de esta ideología en la práctica
Para ilustrar este concepto, podemos analizar un diálogo ficticio entre una amiga evangélica y un amigo católico:
Amiga: ¿Eres cristiano?
José: Sí, soy cristiano católico.
Amiga: Ah, ya.
José: ¿Y tú?
Amiga: Bueno, yo era católica pero ahora estoy convertida a Cristo.
José: ¿Y es que cuando eras católica no estabas convertida a Cristo?
Amiga: Sí, pero no es lo mismo. Cuando uno es católico como que se le olvidan muchas cosas.
José: Cuando uno es católico y no profundiza en su fe, puede que se le olviden muchas cosas. Pero cuando uno profundiza y tiene una relación verdadera con Cristo eso no pasa.
Amiga: Bueno, eso es verdad. Pero también es verdad que como católicos no profundizamos en la relación con Cristo. Claro que no todos, pero sí la mayoría.
José: En todas las Iglesias hay creyentes nominales, si se les puede llamar creyentes.
Amiga: Bueno, yo no hablo de religión, porque si así fuera yo no tendría ninguna. Mi amor hacia el Todopoderoso supera cualquier barrera de religiones.
José: ¿Qué es para ti religión?
Amiga: Bueno, religión es cuando dices que tienes una y vas a su iglesia, rezas, cantas y todo, y cuando sales de ese lugar sigues siendo el mismo.
José: ¿Quién te dijo que eso es religión? ¿Has buscado el significado de religión en el diccionario?
Amiga: No, no lo he buscado. Lo digo por mi experiencia personal.
José: No es cosa de experiencia, es cosa de saber qué significa la palabra. Te pregunto: ¿Dice la Biblia que la religión es buena o mala? ¿Qué dice de religión?
Amiga: Bueno, no soy muy conocedora de la Biblia, apenas si estoy comenzando a leerla... Bueno, no sé cuál sea la definición de los demás, la mía es personal. Así lo siento, así lo creo.
En este diálogo, la amiga evangélica tiene una definición de religión basada en su propia experiencia y sentimientos, sin un fundamento bíblico o racional. Esta perspectiva, lamentablemente, no es exclusiva de individuos sin mucho conocimiento bíblico, sino que se encuentra también en algunos líderes y pastores evangélicos.
¿Tiene fundamento esta nueva ideología?
Para determinar si la idea de que cristo no es religión tiene fundamento, debemos analizar la definición de religión y su significado en el contexto bíblico.
Definición de religión
El diccionario de la Real Academia Española define religión como:
- Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.
- Virtud que mueve a dar a Dios el culto debido.
La Enciclopedia Microsoft Encarta ofrece una definición similar:
en términos generales, forma de vida o creencia basada en una relación esencial de una persona con el universo, o con uno o varios dioses. en este sentido, sistemas tan diferentes como budismo, cristianismo, hinduismo, judaísmo y sintoísmo pueden considerarse religiones.
Resumiendo, la religión es la forma que tiene cada persona de relacionarse con Dios, dándole el culto que le es debido. Bajo esta definición, el cristianismo, con sus creencias, prácticas y normas, es una religión. El mismo diccionario de la Real Academia Española lo define como tal:
cristianismo: religión cristiana.
¿Qué dice la Biblia acerca de la religión?
La Biblia, lejos de negar la religión, la reconoce como un aspecto fundamental de la vida humana. En el Antiguo Testamento, encontramos numerosas referencias a la religión, tanto en el contexto del pueblo de Israel como en el de las naciones paganas. La Ley de Moisés, por ejemplo, establece un sistema religioso completo que regula la vida religiosa, moral y social del pueblo de Israel.
El Nuevo Testamento también habla de religión. Jesús, en su ministerio, se enfrentó a los fariseos, un grupo religioso que se había vuelto legalista y había perdido de vista el verdadero significado de la religión. Jesús les reprochó su hipocresía y su falta de amor, pero no negó la importancia de la religión.
En Mateo 23:23, Jesús dice: ¡ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos hipócritas! porque pagan el diezmo de la menta, el anís y el comino, pero descuidan lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad. ¡debían haber hecho esto sin descuidar lo otro!
Jesús no condenó la religión en sí misma, sino la forma en que los fariseos la habían distorsionado, convirtiéndola en un sistema de reglas y rituales que no reflejaba el verdadero espíritu de la Ley de Dios.
El apóstol Pablo, en su carta a los Romanos, habla de la religión verdadera que se basa en la fe en Jesucristo. En Romanos 1:16-17, escribe: porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de dios para la salvación de todo aquel que cree, del judío primeramente y también del griego. porque en el evangelio se revela la justicia de dios de fe en fe, como está escrito: ‘el justo vivirá por la fe’.
Pablo no niega la religión, sino que la redefine. Para él, la religión verdadera no se basa en rituales o leyes externas, sino en la fe en Jesucristo y en la transformación interior que esta fe produce.
¿Qué significa ser religioso según la Biblia?
Ser religioso, según la Biblia, no se trata de seguir un conjunto de reglas o prácticas externas, sino de vivir una vida de fe y obediencia a Dios.
Jesús, en el Sermón del Monte, describe la verdadera religión como una vida de amor y servicio al prójimo. En Mateo 5:16, dice: que brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro padre que está en los cielos.
El apóstol Santiago, en su carta, enfatiza la importancia de las buenas obras como evidencia de la verdadera fe. En Santiago 2:17, escribe: así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
Ser religioso, entonces, implica:
- Tener una relación personal con Dios basada en la fe y el amor.
- Vivir una vida de obediencia a la voluntad de Dios.
- Servir al prójimo con amor y compasión.
Religión y comunidad
La Biblia también reconoce la importancia de la comunidad en la vida religiosa. El pueblo de Israel, por ejemplo, se reunía en el templo para adorar a Dios y celebrar su fe. En el Nuevo Testamento, la Iglesia se presenta como una comunidad de creyentes que se reúnen para adorar, estudiar la Biblia, servir al prójimo y compartir la fe.
En Hebreos 10:25, se nos exhorta: no dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino animémonos unos a otros, y más aún cuando vean que se acerca el día.
La comunidad cristiana no es un requisito para la salvación, pero es un regalo de Dios que nos ayuda a crecer en la fe, a servir al prójimo y a experimentar la alegría de la comunión con otros creyentes.
Religión y la Iglesia
La Iglesia, como institución, es un instrumento que Dios ha utilizado para difundir su mensaje y para servir al pueblo de Dios. La Iglesia no es perfecta, pero es un regalo de Dios que nos ayuda a vivir nuestra fe y a crecer en la santidad.
En Mateo 16:18, Jesús dice a Pedro: y yo te digo que tú eres pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del hades no prevalecerán contra ella.
La Iglesia, como institución, tiene una función importante en la vida de los cristianos. No es un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar el fin último: la gloria de Dios y la salvación de las almas.
Sobre la religiosidad y la Biblia
¿Es necesario pertenecer a una iglesia para ser cristiano?
No es necesario pertenecer a una iglesia para ser cristiano. La salvación se recibe por la fe en Jesucristo, no por la pertenencia a una institución. Sin embargo, la Biblia anima a los cristianos a reunirse en comunidad para adorar a Dios, estudiar la Biblia y servir al prójimo.
¿Es la religión un obstáculo para la relación personal con Dios?
La religión, en su sentido verdadero, no es un obstáculo para la relación personal con Dios. La religión es un camino para acercarse a Dios, para comprender su voluntad y para vivir una vida que le agrade. Sin embargo, la religión puede convertirse en un obstáculo cuando se la utiliza como un medio para obtener la aprobación de Dios o para sentirse superior a otros.
¿Qué es la verdadera religión?
La verdadera religión se basa en el amor a Dios y al prójimo. Se expresa en la fe en Jesucristo, en la obediencia a su voluntad y en el servicio al prójimo. La verdadera religión no se basa en rituales o leyes externas, sino en la transformación interior que produce la fe en Jesucristo.
La Biblia no niega la religión, sino que la redefine. La verdadera religión no se basa en reglas o rituales externos, sino en la fe en Jesucristo y en la transformación interior que esta fe produce. La religión, en su sentido verdadero, es un camino para acercarse a Dios, para comprender su voluntad y para vivir una vida que le agrade.
Es importante recordar que la Iglesia, como institución, es un instrumento que Dios ha utilizado para difundir su mensaje y para servir al pueblo de Dios. La Iglesia no es perfecta, pero es un regalo de Dios que nos ayuda a vivir nuestra fe y a crecer en la santidad.
En lugar de buscar una religión que se ajuste a nuestras preferencias, debemos buscar a Dios con corazón sincero y permitir que su Espíritu nos transforme y nos guíe hacia una vida de fe y obediencia. La verdadera religión no es una carga, sino un camino de libertad y de amor.
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