¿Decretar en la biblia? poder de la palabra y fe cristiana

En el ámbito de la fe cristiana, la idea de decreto ha ganado popularidad, especialmente en los últimos años. Muchos creyentes creen que al pronunciar palabras de fe, pueden influir en la realidad y manifestar sus deseos. Pero, ¿Qué dice realmente la Biblia sobre el poder de la palabra y la posibilidad de decretar? ¿Es esto un principio bíblico o una interpretación moderna de la fe? En este artículo, exploraremos en profundidad este tema, analizando las enseñanzas bíblicas y examinando las diferentes perspectivas sobre el decreto.

Índice

La Palabra de Dios: Un Poder Transformador

La Biblia, como fuente de inspiración y los cristianos, destaca el poder transformador de la palabra de Dios. En el libro de Génesis, se nos dice que Dios creó el universo a través de su palabra: y dijo dios: haya luz; y hubo luz (Génesis 1:3). Esta poderosa declaración nos muestra que las palabras de Dios tienen un poder creativo e inmenso.

A lo largo de la Biblia, encontramos numerosos ejemplos de cómo la palabra de Dios ha tenido un impacto profundo en la vida de las personas. La fe de Abraham, la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto y la transformación de vidas a través del ministerio de Jesús, son solo algunos ejemplos de la fuerza de la palabra de Dios.

Palabras de Fe y Confianza en Dios

La Biblia nos anima a hablar con fe y confianza en Dios. En Romanos 10:17, se afirma: así que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de dios. La fe, que es esencial para nuestra relación con Dios, se alimenta a través de la palabra de Dios, y esta palabra nos impulsa a vivir con esperanza y seguridad en su poder.

En Hebreos 11:1, se nos recuerda que la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. La fe no es una mera creencia intelectual, sino una convicción profunda que nos permite ver más allá de las circunstancias presentes y confiar en la promesa de Dios.

Declarar vs. Decretar: ¿Cuál es la Diferencia?

Es importante aclarar la diferencia entre declarar y decreto. Declarar implica expresar una verdad, una creencia o un deseo, mientras que decreto implica una orden o un mandato que busca influir en la realidad.

Declarar: Afirmaciones de Fe y Esperanza

Declarar, desde una perspectiva bíblica, se basa en la confianza en las promesas de Dios y en su poder. Es expresar con convicción las verdades que encontramos en la Biblia, como la victoria de Cristo sobre la muerte, la sanidad divina o la provisión de Dios. Declarar es un acto de fe que busca alinear nuestra mente y corazón con la voluntad de Dios.

Por ejemplo, podemos declarar: yo soy sanado por la sangre de jesús, o dios proveerá todas mis necesidades. Estas declaraciones no buscan manipular a Dios, sino más bien expresar nuestra confianza en su poder y fidelidad.

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Decretar: ¿Un Principio Bíblico?

La idea de decretar, como un acto que busca influir directamente en la realidad a través de la palabra, es un concepto que ha surgido en los últimos años, y no se encuentra explícitamente en la Biblia. Si bien es cierto que la palabra de Dios tiene poder, la Biblia no enseña que podemos dictar a Dios lo que debe hacer o cómo debe actuar.

En el Nuevo Testamento, encontramos ejemplos de Jesús y sus discípulos orando por sanidad y liberación, pero nunca encontramos ejemplos de ellos decretando o imponiendo su voluntad sobre Dios. La oración, la súplica y la confianza en Dios son los principios que se destacan en la Biblia para experimentar su poder.

El Peligro de la Manipulación

Cuando se utiliza el concepto de decreto de forma inapropiada, puede llevar a una mentalidad de manipulación, donde se busca controlar a Dios y obtener resultados específicos sin importar su voluntad. Esta perspectiva puede ser peligrosa, ya que puede llevar a la arrogancia y al orgullo, y puede alejarnos de la verdadera humildad y la dependencia de Dios.

se puede decretar segun la biblia - Cuál es la diferencia entre declarar y decretar

La Importancia de la Humildad y la Dependencia

La Biblia nos enseña la importancia de la humildad y la dependencia de Dios. En Proverbios 3:5-6, se nos dice: confía en el señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas.

La verdadera fe no se basa en nuestro propio poder o en la manipulación de Dios, sino en nuestra confianza en su bondad, sabiduría y poder. La oración, la búsqueda de la voluntad de Dios y la obediencia a su palabra son esenciales para experimentar su gracia y su poder transformador.

Consultas Habituales sobre Decretar

¿Es Decretar Lo Mismo que Orar?

No, decretar y orar no son lo mismo. La oración es una conversación con Dios donde expresamos nuestras necesidades, deseos y peticiones, reconociendo su autoridad y buscando su voluntad. Decretar, en cambio, implica una afirmación de nuestra propia voluntad, buscando imponerla sobre Dios.

¿Cómo Puedo Saber Si Estoy Decretando Correctamente?

Si tienes dudas sobre si estás decretando correctamente, es importante buscar la tutorial de la Biblia y la oración. Pregúntate si lo que estás decretando está alineado con la voluntad de Dios, como se revela en la Escritura. Si no estás seguro, es mejor buscar consejo de un pastor o líder espiritual maduro en la fe.

¿Qué Pasa Si No Veo Resultados Inmediatos?

El tiempo de Dios no es nuestro tiempo. No siempre veremos resultados inmediatos, pero la Biblia nos enseña que Dios siempre obra para bien de los que lo aman (Romanos 8:28). La paciencia, la perseverancia y la confianza en Dios son esenciales para experimentar su fidelidad.

La Palabra de Dios, una Fuente de Esperanza

La Biblia nos enseña que la palabra de Dios tiene poder, y que podemos hablar con fe y confianza en su poder. Sin embargo, es importante distinguir entre declarar y decretar. Declarar se basa en la confianza en las promesas de Dios y en su voluntad, mientras que decretar puede llevar a una mentalidad de manipulación y control.

La verdadera fe se basa en la humildad, la dependencia de Dios y la búsqueda de su voluntad. La oración, la obediencia a su palabra y la confianza en su fidelidad son esenciales para experimentar su poder transformador en nuestras vidas.

La palabra de Dios es una fuente de esperanza, aliento y fuerza. Al aferrarnos a sus promesas y confiar en su poder, podemos vivir con seguridad y esperanza, sabiendo que él siempre está con nosotros.

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